MI HISTORIA
Nací en Jaén, en el año 1982, ciudad en la que pasé mi infancia y adolescencia. La pequeña de tres hermanos, y además con mucha diferencia de edad ¡14 y 17 años! Aunque no considero que me mimaran en exceso, sí que me sobreprotegieron, supongo que esta fue la razón por la que soñaba con vivir en el extranjero. Es curioso como nuestro cerebro emocional, ese que algunos llaman “inconsciente” nos guía hacia la evolución. Yo necesitaba, aunque entonces no lo supiera, separarme de la seguridad y protección de mi familia para construir mi identidad. Así que cuando en segundo de carrera, con 20 años, se me presentó la oportunidad de irme de Erasmus a Toulouse ¡la cogí! Fueron 2 años maravillosos, en los a pesar de mi timidez, aprendí a relacionarme con gente de todo el mundo, trabajé por primera vez, y me sentí libre.
Aun hoy mi familia dice de mí que soy cabezota, yo no estoy de acuerdo; considero que marcarse un objetivo y conseguirlo es tenacidad no cabezonería pero bueno, es posible que lo sea, aunque yo no lo vea y que sea uno de esos “puntos ciegos” que todos tenemos. Es cierto que hasta hace pocos años no fui consciente de que soy perfeccionista (antes lo negaba) decía que “sólo” me gustaban las cosas bien hechas y que el orden me daba paz. Cuando por fin lo vi, aprendí a tener el perfeccionismo a raya y a trabajar con la inseguridad que hay debajo de él.
Con 24 años quise perfeccionar (como no…) el inglés y me fui a Manchester; allí estuve dos años y medio, otra gran experiencia de aprendizaje y autoconocimiento. A la vuelta, en 2008, me fui a Granada para especializarme en psicología clínica. Al año siguiente volví a Jaén donde trabajé para una asociación de inmigrantes y en 2011, es cuando la vida (por trabajo) me trae a Marbella. Pasados dos años, en marzo de 2013, ¡por fin doy el salto! y abro mi consulta de psicología. Cada día de trabajo en la consulta es un regalo, ¡no querría dedicarme a ninguna otra cosa en el mundo!
Me considero una persona tranquila y paciente, aunque cuando me siento controlada o no respetada saco el genio jiennense. De siempre he tenido tolerancia cero para la mentira; era una de esas personas que cuando alguien le mentía ponía una cruz para siempre, con los años he aprendido a flexibilizar este esquema y a dar segundas oportunidades porque todas las personas podemos equivocarnos.
En el trabajo dicen de mí que soy amable y que doy confianza. Lo que intento es tratar a cada persona como un ser único porque es lo que somos: cada uno hemos tenido unas experiencias únicas que nos han llevado a relacionarnos con los demás, el mundo y con nosotros mismos de una forma concreta. La experiencia de acompañar a una persona en su proceso terapéutico la vivo con mucha responsabilidad, a la vez que con gran satisfacción.
“Creo que las malas rachas son oportunidades para evolucionar, si todo estuviera bien, jamás nos plantearíamos un cambio”